martes, 5 de enero de 2016

DIANA MORAN


Mujer... Eva de Sed Esperanzada



Mujer... Eva de sed esperanzada
irrumpo en tus corrientes materiales
para beber las aguas sindicales,
cabecillas de carne desgarrada.

Y así... Sencillamente enamorada
ser la novia de mieles corporales
-esposa de azahares verticales-
en éxtasis de tierra liberada.

Quiero beber el alba colectiva
-quebrada de ternura combativa-
de la totuma fresca de tus manos.

Nutrir el istmo nuevo de mis hijos
con la revolución de besos fijos,
síntesis de las bocas y los granos.



                                                                                                            Del Libro Eva Definida, 1957



¡Hombre-Istmo... Adán de Barro Verde!



¡Hombre-Istmo... Adán de barro verde!
De tus húmedos ojos de culantro
y tu silvestre piel de yerbabuena
brota la aurora de la patria pura
Pentagrama sensual de clorofila...

Tus revolucionarias notas forman
-el proletario corazón triunfante-
la social sinfonía de los hombres.

Saloma-guía para el mirto obrero
a las orillas de tu boca aguardo
el rojo alumbramiento de sonidos
que contenido den a mis pupilas
¡Déjame... Déjame llegar a tí!

Del Libro Eva Definida, 1957





                                  ¡Oh Tuira Caudaloso de Aleluyas!




¡Oh Tuira caudaloso de aleluyas!
Inundas mi paisaje
de piraguas eróticas
y los cauces reviento
de mis vírgenes aguas.
Canaletes-ternura
reman enamorados
hasta la trascendencia del amor
-vértice de suspiros-
origen de la célula.
¿Qué frescura existió
que no me dieras?
¿Qué escondida corriente
no fue tuya?
Piraguas y paisaje...
Equilibrio nupcial
de telúrico vuelo.
¡Oh Tuira caudaloso de aleluyas
por la viva metáfora amorosa
fuimos ríos laureles!


                                                                                                                       Del Libro Eva Definida, 1957







Ahora Llevo el Istmo en Cada Poro


Ahora llevo el Istmo en cada poro
y una página pura
para tatuar historias sin canales.
¡Ahora soy coro-sangre de tu himno,
el asta en la bandera,
metálica violeta de combate!
Ahora sé que clandestinamente
tenemos que sembrar jazmines rojos
para que el estallar indomable
de su aroma proletario
nos devuelva:
La dignidad... la tierra... los productos...
Las rondas infantiles sin betunes,
los motetes robustos de mazorcas,
los suburbios con trajes de domingo,
la comida puntual de los obreros,
las entrañas de coco de la paz,
los crepúsculos-naranjas del poema,
los humanos derechos
en las simientes del amor fertilizado.
Ahora sé
que somos en abrazos temporales;
pero infinitos en la lucha cósmica
por la felicidad de todos.
Y cuando la hora-golondrina nazca
de los senos-arenas de clepsidra,
la amaré como ésta
de armónica vivencia...
(Brotarán del vientre de recuerdos próvido
nostálgicas alondras
que edificarán hogares
en tu cuello poblado de kilómetros)...
No... No habrán lluvias salobres
-por las alas paralelas-
ni suicidio de vuelos.
Seguirás en mis almanaques
como si duplicara la matriz
la esencia de tu gesto.
Seguiré vertical
-sobre la ausencia-
con tu abecedario:
¡Paloma de macano combatiente,
volando con mis versos
hacia el pueblo!

Del Libro Eva Definida, 1957







Enero Condecorado por Un Golpe de Arterias




A los mártires Gonzalo
Crance y Teófilo De la Torre

Un mes que tiene
nombre de escuela.
El mapa es su cuaderno,
campana, campanela.

Palabritas de esfinge
cruzan la cerca...
Enero es uniforme,
paso de estrellas.


Tréboles del rocío
la noche vela...

¿Quién te dejó
sin venas
lápiz de cera?

Espada o gavilán,
filo de fuego,
cabrito horizontal,
bajel del pueblo.

Medallita de sol,
medallita de sombra,
en el mástil
gaviota
en la carne
amapola,
la pájara pinta
le canta
y le llora.

Es un mes que tiene
nombre de escuela.
Enero es uniforme,
campana, campanela.



Del Libro Gaviotas de Cruz Abierta, 1965



El Alba Condecorada por Rojo, Blanco y Azul


A los mártires Jacinto Palacios
Cobos y Alberto Tejada



JUEVES 9 DE ENERO


Alba, coral, coralillo,
¿qué siembra la niña verde?

VIERNES 10 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
veinte banderas al puente.

CORRO DE SEMILLAS ROJAS

Arroz cereza,
flor de saril,

aire amapola.
luz carmesí.

Escalerilla,
yodo, cristal,
que pase, pase,
el capitán.

SABADO 11 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
¿qué siembra la niña verde?

DOMINGO 12 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
veinte banderas al puente.

CORRO DE SEMILLAS AZULES

Madre azulita,
pájaro añil,

alas al viento,
patria sin fin.

Reloj de arena,
reloj de sueño,
que pase, pase,
el minutero.

LUNES 13 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
¿qué siembra la niña verde?

MARTES 14 DE ENERO


Alba, coral, coralillo,
veinte banderas al puente.

CORRO DE SEMILLAS BLANCAS

Juego de nardos,
niño algodón,

en cada mano
nácar de amor.

Que pase, pase,
luna mayor,
la sembradora
del arrebol.

MIERCOLES 15 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
¿qué hace la niña verde?

JUEVES 16 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
que dos estrellas enciende.

CORRO DE TODAS LAS SEMILLAS

Rubí, Maritza,
en el cielo blanco,

en el cielo blanco
Rosa azul.

VIERNES 17 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
¿qué siembra la niña al puente?

SABADO 18 DE ENERO

Alba, coral, coralillo,
rojo, blanco, azul y verde.

Del Libro Gaviotas de Cruz Abierta, 1965






Ascanio Condecorado por Un Golpe de Mar

Al mártir Ascanio Arosemena

PALOMAR DE NUBES

Lluevan las palomas, lluevan,
que el girasol se va...
Ascanio va adelante,
los otros van detrás.

ALONDRA ENTRE SOLLOZOS

En fila los gorrioncitos,
cuando los vean pasar,
tiendan los jazmincitos
y la estrella de mar.

BAJA MAREA DE INCIENSO

Barco que va de flores,
barco que va de sal,
barco de cuatro albores
y un cordero de altar.


PALOMAR DE AURORAS

Arrullen las palomas
y vuelvan a arrullar:
Ascanio es la bandera,
escudos los de atrás.

ALONDRA ENTRE ALBOROZO

En rueda los gorrioncitos
que aquí está el girasol;
suelten arpas de trinos
y amapolas de amor.

ALTA MAREA DE ESTRELLAS

Barco que vuelve rojo,
barco en las olas de tul,
barco que vuelve blanco
con un cordero azul.

Del Libro Gaviotas de Cruz Abierta, 1965








Eres


Eres
tierra y orilla,
no espuma
no resaca.
Amanece...
Pasan lista...
Respira así... Profundamente...
-aliento sobre aliento-
Verde... Mares... Patria...
Te abarco,
te abarcamos sangre adentro.
Tómame el pulso,
esta lengua de amor
que te reclama.


Del Libro En El Nombre Del Hijo, 1966




Has de Surgir En Mí Gota por Gota



Has de surgir en mí gota por gota,
sueño en retorno a su carnal esencia,
lluvia que el fuego dulce precipita
en lloro fecundado al nacimiento.
He de vivir la curva dilatada
en plenitud de sagitario,
salve creciente, vaso de flor viva,
madurarás en mí
hueso por hueso
hasta sacar del limbo tu presencia...
Duplico...
Eres...
Somos...
Victorioso subir de plenilunio
jazminiza la fuente de los senos.

Del Libro En El Nombre Del Hijo, 1966




Convicción de Golondrinas


Con total convicción de golondrinas
sin pretender sembrar un árbol
ni cosechar un hijo
con la maleta lista para un mañana
próximo
buscamos
una mesa
dos sillas
y algunas tazas
hicimos un librero portátil
de ladrillos y tablas:
allí enredamos a Marx
la Biblia
Mao Tse Tung
los veinte poemas de amor y una
canción desesperada.
Entre un ojo abierto
y el otro cerrado
los ríos de cuándos y más cuándos
se secaron.
Sandino
El Che
Angela Davis
poblaron la orfandad de las paredes
de boinas
y panteras militantes;
sin amnistía
los otoños inundaron los vasos
de septiembres
octubres
y diciembres oxidados
mientras la primavera
bondadosa madrina
insiste en ofrecernos
un poquito de casa.
En la mesa
con paciencia
servimos la convicción de golondrinas,
las cucarachas sonríen con los
pensamientos,
la maleta está lista
para un mañana próximo o lejano,
el corazón nos espera
a nivel de las sales.


Del Libro Reflexiones Junto a Tu Piel, 1972-1979,
Poemas Del Exilio







Para El Año 2000 Debemos Ser Tercos


Nosotros
los rompebarcos de la marinada
tirapiedras fecundos
antes de que un pedazo de sandía
perturbara
los plácidos kilómetros de los ojos
azules.
Nosotros
la botella de lágrimas rabiosas
contra toda fecha
de la letra perpetua renovada.
Nosotros
los legendarios quiebravidrios
negafirmas contagiosos gritabarcos
con nuestra siembra de banderas
en el despertar de todas las mañanas.
Nosotros

los prohibidos
los malditos apagados prendidos
desde no sé que consigna
del Prestán amotinado.


Nosotros
malditos
malditísimos despojados de la
Patria.
Nosotros
cuando el gallo de Pascua
despunte el sol del mediodía
dos mil veces ascarios aragones
prestanes palominos
construiremos la casa de los sueños
con la moneda propia de su mapa.
No es la moda de llamarnos tercos
sino el instinto de conservar
el nosotros de la sangre y del esperma.
No es el querer ser tercos de remate
con un golpe gastado dominio
semántico.
En este desafío de relojes
entre el supermán que se roba las
galaxias
y el despegue endeudado de las
pulgas.
Tenemos que ser tercos:
tercos de dulzura
tercos en la cárcel
en la muerte tercos
tercos y más tercos en la firma
tercos
terquísimos
para pasar por el ojo del camello
y recobrar la cintura de las aguas.







Soberana Presencia de La Patria


Es enero en las calles donde ruedan los gritos,
nueve o diez en la carne, en la súplica radial
de un arroyuelo rojo para soldar los nervios,
es la fecha de un pueblo que encontró su camino.
Escuchen lo que digo
con una brasa de odio
en el pájaro dulce que habitaba mi seno,
aunque la barba de Walt Whitman hable
de familias de hierba y moral manzanera.
La patria se fue, como siempre se ha ido,
con su camisa blanca
y la corbata azul de adolescencia,
con el civismo juvenil de su paso
y el fértil batallón de sus arterias
a enarbolar el vuelo allí donde cortaron
las alas tricolor de sus emblemas.
Escuchen lo que digo
con la capilla ardiente del rencor más viejo:
Mi patria, cántaro de amor en todo idioma,
que ofrece su agua buena al peregrino
ha arrastrado sesenta calendarios
sin derecho a la fruta, al árbol de su huerto,
saqueada en la bondad de su cintura.
Escuchen lo que digo:
En cada sitio de mi cuerpo hay un dolor de siemprevivas
para contar al mundo la parábola del buen vecino
que aplastó la luz recién nacida.
Muchachita de paz,
exigiste la fruta, el huerto, el asta de tu nombre
y el muro... el muro blanco... el muro rubio
-su carta fraternal... Punta del Este- deshilvanó tu esencia, derramó su cauce,
a la húmeda intemperie de gases lacrimógenos
gemías, Panamá, como un maizal en llamas.
¿Quién me pide cortinas
para azular la piel quemada de estas sienes
que jamás pensaron en tirar un jazmín a las alondras?
¿Quién reclama la sílaba final de un corderito
para ensayar un apretón de manos
aquí, donde quedó sin gasa el hospital
para cubrir la fuga de amapolas?
Quién, quién se atreve a rezar:
Tío Sam, Santa Claus, Cuerpo de Paz
-Arca de las Alianzas, Consuelo del Afliigido-
el corazón agujereado
cicatriza con verdes papelillos.
¿Quién me pide que sufra, que suframos de amnesia,
que le demos a Fleming tres medallas
y con Bogart bailemos tamborito
por la amistad del tiburón
y el anzuelo en las sardinas?
¡No! El sol no despierta para ustedes,
usureros del aire.
Ese disfraz de oveja, hermano lobo,
ya no engaña el candor de las violetas.
Ahora ¿cómo bautizarás esta maniobra?
¿Juegos de patos?
¿Operación amiga en Canal Zone?
¿Pildoritas Johnson para el subdesarrollo?
Estos brazos que buscan una forma de niña,
un latido de novio, una frente en los libros,
película no son para soldados morfinómanos.
La viudez de estos cuartos no se vende en coca cola.
El salitre escapado de la herida en desvelo
no es negocio de chicles o zapatos.
Este nueve de enero no es cera de museos,
no es moneda de cambio
ni tiene la firma de Bunau Varilla.
Yo tengo que gritar,
-Oh, prendida garganta de mis muertos- yo tengo que gritar
con su polen de incendio
en los cuatro puntos de la rosa del aire
donde soltó la UPI sus vampiros.
¿Qué palabra,
qué palabra por más sucia que sea
no resulta flor para escupir el rostro
de búfalo en conserva?
Qué adjetivo no es ángel para pintarte buitre,
si por cada paloma que la mano te ofrece
asesinas la mano, la sal y la paloma!
No hay lago, frontera, axila que no lleve
el tatuaje de tus colmillos roedores de luceros.
Malditos de ayer! Asesinos de hoy!
Herodes de siempre!
Los huesitos de Chapultepec...
los huesitos de Atitlán...
Los huesitos de Hiroshima...
La carne, los huesitos de mi patria
molidos con repiques de metralla.
Mi cielo violado, como una niña ciega,
en la torturada inocencia de su pubis,
las venas sacadas de su casa joven,
los hijos deshojados, lirios secos,
la última estrofa del Canto a la Bandera
en el frío ruiseñor de la mirada
y el llanto, el llanto maternal
-Oh vaso ardiente-
sangriento memorial de labio en labio.
Yo tengo que gritar:
Mis muertos son vivas sembraduras,
ataúdes que nutren la esperanza
con el ritmo ascendente de la lucha.
En las cuencas de Rosa revientan las espigas,
en la espalda de Ascanio se arman las legiones
los fémures de Alberto, Teófilo y Rogelio,
son astas invencibles otra vez en el muro.
Los ojos de Ricardo, los labios de Rodolfo,
las células de Víctor, los dedos de Carlos,
las piernas mordidas, sus núcleos morados,
sustancias nacionales, patrimonio se han vuelto.
La sangre de los hombres es historia viviente
savia que da la muerte se incorpora
soberana presencia de la patria.
El gorrión machacado en la lengua de un héroe
fertiliza el reposo de su hielo
y hace nido en la marcha su clarín de conciencia.
Escuchen lo que digo, hoy nueve de enero,
a ustedes tragalunas del mundo,
a ustedes que asesinan los dedos sembradores de olivo:
Del hijo acribillado retoñan muchos hijos,
del obrero en el polvo mil obreros regresan,
del semen inmolado toda cuna germina.
Las tumbas pregonan! Se desclavan las cruses!
De la cal del pueblo, el pueblo resucita!
Y tú, pequeña patria, gigante de esta fecha,
esculpida en la roca de tus muertos
para nacer definitivamente,
abrirás tus alas agredidas
en el dolido cofre de tus peces.
Hasta el último niño en presagio de mieles
ofrendará su pálpito de auroras
por la libre heredad de sus estrellas
Hoy! Mañana! Siempre!










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